La ratio 5:1 de la satisfacción en pareja
Pol y Martina vinieron a visitarme como última opción antes de su separación.
Llevaban años casados, habían superado juntos los obstáculos que la vida les había deparado y habían salido adelante con los objetivos que se habían propuesto; un negocio juntos, tres hijos que ya eran adolescentes, los padres de cada uno que se habían hecho mayores, etc.
En fin, que habían tenido una vida satisfactoria en general pero no exenta de dificultades que ellos habían afrontado conjuntamente.
Y ahora que lo tenían todo mucho más de cara, sin problemas económicos ni tanto trabajo con hijos a los que cuidar, ahora que pasaban más tiempo juntos veían que discutían más que nunca y que estaban todo el día como el gato y el perro. Y ya no podían más con las discusiones.
Y ya no podían más con las discusiones
Hay una investigación muy interesante hecha por
el Dr. John Gottman,
una de las personas que más sabe y más ha investigado sobre las parejas en el mundo, que dice que las parejas que funcionan tienen una ratio de 5 interacciones positivas por cada interacción negativa durante las discusiones.
Según sus estudios, las parejas que tienen una interacción positiva más baja de 5 durante sus discusiones tienen un índice de separación significativamente más elevado.
Y fuera de las situaciones de conflicto o de discusión, también encontró que las parejas que funcionan tienen una ratio de 20: 1, es decir, 20 interacciones positivas por cada una de negativa.
Además, se puede aprender a discutir, y mejorar así la felicidad y el bienestar en la pareja. Y por último, se puede trasladar este aprendizaje al funcionamiento general de la pareja y hacer que la sensación de tener una pareja que funciona sea mucho más elevado.
Por lo tanto, podemos aprender a tener una buena pareja, si los dos se esfuerzan.
¿Qué entendemos por interacciones negativas que se deberían evitar durante las discusiones con nuestra pareja?
Algunos ejemplos serían:
- Utilizar la crítica general
- Tener una actitud defensiva
- Quejarse constantemente sin aportar posibles soluciones o alternativas
- Levantar la voz durante la discusión
- Rechazar los intentos de acercamiento de la pareja
- No cumplir los acuerdos a los que se había llegado
- No reconocer que el otro está saturado y se necesita un "tiempo muerto" en la discusión
- No escuchar los argumentos del otro
- No fomentar la conexión con la pareja durante la discusión
Podríamos seguir con algunos más, pero estos son los más comunes.
Y Pol y Martina los cumplían casi todos.
No sabían discutir y este problema les estaba llevando a la separación, porque nadie está bien en una pareja en la que no se siente comprendido. Y el problema no era que discutieran, sino que no sabían discutir y/o terminar bien la discusión.
Las parejas que se consideran felices no son las que no discuten nunca; ya hemos dicho que esto es inevitable, donde hay dos personas hay dos intereses diferentes y por lo tanto probables desavenencias.
Lo que predice el éxito de una pareja es la forma en que se discute y cómo se llega a cerrar esa discusión, aunque vaya volviendo a aparecer a lo largo del tiempo.
Pol y Martina estaban perdiendo la habilidad de saber discutir y necesitaban recuperar la ratio 5:1.
Este fue el objetivo de la terapia, y así consiguieron volver a tener una relación satisfactoria y poder seguir adelante con su proyecto conjunto. Se puede aprender a mejorar las interacciones con la pareja, en definitiva se puede trabajar para tener una mejor relación de pareja.
Si aceptas tus emociones, cambias tu vida.
Anna Romeu, colegiada nº 11336 del COPC
Presidenta Emergencias del COPC y representante Española en EFPA Crisis & Disaster División
Especializada en Educación Emocional, Terapias y Formaciones