Me entero a través de una noticia del TN de esta nueva tendencia de los jóvenes de la generación Z a la hora de relacionarse con el mundo laboral, definida como “ambición tranquila” y descrita como una forma buscar el equilibrio entre la vida personal y la vida laboral, y pienso con optimismo cómo están cambiando los valores de las personas, quizás no todo está perdido como muchos se empeñan en repetir.
A la gente de mi generación, y muchas de las generaciones anteriores, se nos inculcó que el trabajo es lo más importante de la vida y que muchas veces deben realizarse sacrificios personales para alcanzar un buen estatus laboral.
No es así para todos, obviamente, pero sí que es cierto que a muchos de nosotros el trabajo nos define como personas, es decir, tiene un papel prioritario en nuestros valores y ocupa la mayor parte de nuestro tiempo.
Y también es cierto que mucha gente ha sacrificado áreas importantes de su vida, como la de los amigos, la pareja, la familia o el tiempo de ocio, para dedicar más tiempo al trabajo y aumentar así su valor en el entorno laboral.
Desde la época de la revolución industrial, en la que se empezaron a necesitar un gran número de trabajadores dedicados casi en exclusividad a la producción en masa, se ha fomentado generación tras generación la idea de que el principal activo de una persona es el trabajo y que nuestra vida gira en torno a él.
Así, se fueron cimentando en las mentalidades de los jóvenes valores como el sacrificio, la perseverancia (que fue el origen de las horas extras) o la ambición por el dinero, pasando por delante de cualquier otra necesidad personal.
Hasta la actualidad, que parece estar empezando a cambiar las cosas.
Ya hace mucho tiempo que los psicólogos recetamos el equilibrio entre las diferentes parcelas de la persona (familia, amigos, ocio y trabajo principalmente) como estrategia para tener una mejor salud mental, sin que una tenga un peso específico significativamente más mayor que las demás.
Por eso me hace más feliz la valentía de los jóvenes que apenas entran en el mundo laboral y que se atreven a decir que el trabajo es importante para ellos pero no lo más importante, y que no están dispuestos a sacrificar otros aspectos imprescindibles para ellos, como es su vida personal, sólo por ascender a la escala laboral.
Si aceptas tus emociones, cambias tu vida.
Anna Romeu, colegiada nº 11336 del COPC
Psicóloga experta en educación emocional, trauma, adicciones y emergencias /Acompañamiento a Personas Altamente Sensibles / Autora de "Soc sensible"/ Representante española en EFPA, Crisis & Disaster Division.
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