Muchas veces las parejas tienen problemas o no acaban de funcionar bien porque los dos o uno de los dos tiene una serie de ideas equivocadas sobre la pareja, pone expectativas en su pareja que ésta no puede cumplir o intentan que su fantasía o ideal de pareja sea aquella persona con la que conviven ... y no es el caso.
Chocar con la realidad puede ser la causa de muchos problemas de pareja, ya que en realidad estamos hablando de la no aceptación de la persona que tenemos al lado.
Queremos que sea
lo que nosotros nos hemos imaginado
Damos a la pareja un papel y unas funciones que no necesariamente le tocan y acabamos poniendo presión en un ámbito que vive de la pasión.
Pasión y presión son una mala combinación
Pensemos ahora en algunos de estos mitos y tratemos de convertirlos en algo más realista, más ajustado a lo que nos va bien para tener una mejor pareja, para que la pareja pueda fluir de una manera más natural:
No es ni necesario ni demasiado beneficioso en realidad. Las parejas están basadas en el amor, en la pasión, en la sexualidad. Esto no implica que sean personas afines y que puedan llegar a ser buenos amigos. El respeto, la atracción y la confianza son imprescindibles para que una pareja funcione, pero no la amistad, que tiene su raíz en la afinidad intelectual y cognitiva de dos personas.
No siempre es así. Los estudios sobre las relaciones de pareja nos demuestran que las personas forman relaciones románticas con otras personas semejantes a ellas en cuanto a estatus social, raza o educación. Cuando hay diferencias importantes entre los miembros de la pareja, ésta se resiente de una manera o de otra y puede convertirse en un problema para seguir juntos.
Aunque este es un título fantástico para una canción de amor, no es demasiado fiel a la realidad. La atracción y el amor son necesarios e imprescindibles a la hora de formar y mantener una pareja, pero no suficientes. También debe haber conexión intelectual, objetivos comunes y afinidad de caracteres, ser complementarios en la forma de ser. Cuando no es así, la pareja acaba sufriendo mucho porque "no se entienden".
Al contrario; es bueno que las dos personas que conforman una pareja tengan intereses y actividades fuera de la pareja, que se vean y compartan cosas con otras personas fuera de la pareja, que tengan hobbies y los practiquen individualmente. El hecho de no hacerlo todo con la pareja hace que cuando se está compartiendo tiempo éste sea de mayor calidad, se le dé más importancia y se pueda explicar lo que ha vivido por separado. Las parejas son dos individuos que comparten una parcela de la vida, no todas.
Tu felicidad depende de ti, y la felicidad de tu pareja depende de ella misma. No nos podemos cargar con la responsabilidad de hacer felices a otra persona, por mucho que la queramos. Y no podemos aceptar que la otra nos cargue con esta responsabilidad. Por eso es importante saber poner los límites y no cargarnos ni cargar a la persona que amamos con deudas que no tienen sentido.
De hecho, muchas veces es al contrario: si una pareja ya tiene problemas de base y les cuesta gestionar los conflictos, el estrés de tener un hijo sólo consigue agravar los problemas de la pareja. Tener hijos es un acto de amor y generosidad, un proyecto de la pareja, la culminación del acto de amor entre dos personas, es muchas cosas bonitas. Pero no es un intento de unir una pareja ni la manera de arreglar los problemas entre dos personas que no se entienden.
Como ves, hay mucho que decir sobre los mitos que hemos ido construyendo alrededor del mundo de la pareja.
Seguiremos, pero mientras tanto…
¿Qué mitos o ideas erróneas has sentido tú o a tu alrededor?
Si aceptas tus emociones, cambias tu vida.
Anna Romeu, colegiada nº 11336 del COPC
Presidenta Emergencias del COPC y representante Española en EFPA Crisis & Disaster División
Especializada en Educación Emocional, Terapias y Formaciones
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