Es una situación que nos llega a menudo a los psicólogos en la consulta, realizar terapia de pareja cuando uno de los dos miembros de la pareja tiene algún tipo de adicción, ya sea a sustancias o comportamental.
Para definir los términos, una adicción se caracteriza por el consumo repetido de algún tipo de sustancia o la realización de conductas como compras compulsivas, pequeños hurtos o jugar a videojuegos de forma incontrolada.
Si se necesita cada vez más sustancia o llevar a cabo la conducta con más frecuencia para obtener el mismo placer o efecto en la persona, es cuando hablamos de tolerancia.
Para que nos entendamos, se empieza bebiendo un par de cervezas al día o jugando 5€ en las máquinas recreativas y en poco tiempo, de forma involuntaria, se necesitan cinco cervezas y media botella de vino al día o jugar durante horas cada día para tener los mismos efectos que al principio.
Cuando aparece la adicción en una pareja, todo se complica mucho. Convivir con una persona adicta es convivir con mentiras, cambios de humor, situaciones fuera del propio control y manipulaciones de distintos tipos.
Una persona que tiene una adicción vive en torno a su adicción, le ocupa prácticamente todo el pensamiento durante el día y puede llegar a ser cruel y utilitaria con la gente que le rodea. Pero debemos entender que tiene una enfermedad y que no está siendo él o ella misma.
La pareja de una persona que tiene una adicción sufre constantemente y tiene serias dudas sobre la relación, evidentemente.
Me preguntan a menudo;
- “¿Pero no me quiere? -
- ¿Por qué hace esto?” -
La respuesta a esta pregunta no es sencilla porque cuando una persona es adicta está secuestrada por sí misma, así que es difícil que pueda pensar en otra persona.
¿Eso quiere decir que no quiere a nadie?
Está claro que no, pero no puede consigo misma en general, así que es difícil que pueda ofrecer una relación de calidad a otra persona.
El rol de la pareja de una persona adicta puede ser importante para ayudarle a superar su adicción.
Hay que ser fuerte y tener las ideas muy claras, querer hacer el esfuerzo de invertir tiempo, dinero y una parte de la relación para ayudar a la persona que quiere a superar un problema grave en muchas ocasiones .
Y es un riesgo, porque no hay garantías de curación, puesto que el factor más importante para superar una adicción es la motivación y la voluntad de la persona que la padece. Muchas parejas no superan la adicción de uno de los dos, y terminan rompiendo la relación.
Pero otras muchas son capaces de perdonar y ayudarse mutuamente y consiguen sacar adelante la relación, con ayuda profesional y de todo su entorno.
Si te encuentras en una situación como la que estoy describiendo, lo más importante es que no lo pases tú solo/a: la comunicación con el entorno de la persona adicta es un requisito indispensable para ayudarla, por mucho que el adicto te pida que le guardes el secreto.
Si te conviertes en el único conocedor de su enfermedad te atrapará en una espiral de manipulaciones y mentiras que con mucha probabilidad terminarán destruyendo tu relación de pareja.
La segunda condición indispensable es que, junto con su entorno, busques ayuda profesional para superar esta enfermedad.
Hay pocas situaciones que pongan tan a prueba la salud de la pareja como la presencia de una adicción en uno de los dos.s
Con ayuda se puede salir y superar la enfermedad, pero si no hay voluntad de ponerse a ello, uno tiene la obligación y la libertad de plantearse si vale la pena seguir remando contra corriente.
Si aceptas tus emociones, cambias tu vida.
Anna Romeu, colegiada nº 11336 del COPC
Presidenta Emergencias del COPC y representante Española en EFPA Crisis & Disaster División
Especializada en Educación Emocional, Terapias y Formaciones
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