Pronto es el día internacional contra el bullying, esta lacra de agresividad que se está dando entre los jóvenes en la actualidad y que puede dejar señales en sus personalidades para el resto de su vida.
Bullying es un concepto muy amplio que engloba un conjunto de acciones que ejercen una persona o un grupo de personas sobre otra, generalmente alguien que es diferente por algún motivo y que es susceptible de recibir "bromas", ridiculizaciones, ataques, insultos o desprecios de diferentes tipos y magnitudes.
No es algo nuevo o de actualidad; ha existido siempre, pero no se le ha dado la importancia que tiene hasta hace poco tiempo, hasta que se ha empezado a estudiar sus consecuencias más a largo plazo.
"Cuando alguien ha sufrido bullying sabe qué es que te hagan el vacío, que te dejen de lado, que se rían de ti delante de todos o incluso que te peguen por diversión"
Actualmente, con las redes sociales, todos estos ataques se han visto incrementados exponencialmente.
Todo ha tomado una magnitud extraordinaria, ya que los ataques que puedes recibir un día se ven publicados en diferentes redes y por lo tanto cobran vida más allá del momento en que pasan.
El impacto emocional que puede tener esto sobre los jóvenes es extraordinario.
Hay conductas que se deben saber detectar y parar por parte de los adultos responsables de los jóvenes: hablo de los padres pero también de los profesores y de los monitores que pueden estar en contacto más directo con los jóvenes.
Es importante no minimizar lo que pasa en el aula o fuera de ella, porque es en clase donde puede comenzar una "broma inocente" y fuera del aula donde este hecho puede tomar unas dimensiones que no imaginamos.
Por eso es importante una buena formación y conocimientos sobre la detección de señales de alarma y la gestión de estas situaciones entre los jóvenes
Por parte de los padres, es importante cultivar una confianza con los hijos, para que éstos puedan pedir ayuda si lo necesitan.
Esto se construye día a día, con conversaciones casuales, actividades compartidas y mostrando respeto y atención en todo momento que nos quieran contar algo. De este modo, si en algún caso ellos tienen algún problema con alguien, saben que pueden contar con los padres para explicarlo.
Una vez lo hacen, debe tomarse muy en serio su sufrimiento y hacer algo. Una actuación rápida, hablando con sus profesores y ejerciendo una acción coordinada entre familia y instituto, es la mejor manera de detener una escalada de conductas y emociones que pueden marcar la vida de una persona joven para siempre.
Anna Romeu, colegiada nº 11336 del COPC
Presidenta Emergencias del COPC y representante Española en EFPA Crisis & Disaster División
Especializada en Educación Emocional, Terapias y Formaciones
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