Esta es una pregunta que me hacen a menudo, la de querer saber qué hacer para ser más fuertes ante los problemas, como hacerse más resistentes a las adversidades y poder afrontarlos en mejores condiciones.
La resiliencia, como ya es bien sabido, es la capacidad de superar los malos momentos de la vida, las situaciones difíciles, los obstáculos que nos encontramos por el camino.
Aunque es una capacidad innata, también podemos trabajarnos para hacerla crecer, podemos fortalecerla para estar más preparados de cara al futuro. El hecho de haber pasado por situaciones adversas nos hace adquirir una fortaleza que de otro modo no tendríamos, ya que para salir tenemos que utilizar una serie de estrategias personales que a veces no sabíamos ni que podíamos tener. Como con todo, la experiencia es un grado. Por lo tanto, la persona resiliente también se va construyendo por el camino, a medida que va teniendo experiencias que la hacen crecer y le obligan a desarrollar aquellas cualidades y habilidades que necesita para salir adelante.
Pero también hay algunas cosas que podemos trabajarnos de forma permanente y que nos ayudarán a fortalecer nuestra capacidad de resiliencia. Podemos prepararnos antes de la adversidad misma, cultivando los siguientes hábitos para ser más fuertes a nivel personal y que las futuras adversidades nos encuentren más preparados:
Las personas que se conocen, que son conscientes de las propias emociones y están acostumbradas a convivir con ellas, tienen muchas más probabilidades de saber superar los momentos difíciles y las situaciones duras que se van encontrando.
Las personas que se conocen, que son conscientes de las propias emociones y están acostumbradas a convivir con ellas, tienen muchas más probabilidades de saber superar los momentos difíciles y las situaciones duras que se van encontrando.
Con el autoconocimiento también viene el reconocimiento de las propias capacidades y la conciencia de lo que no tenemos. Es un buen ejercicio el de hacer un autoanálisis de lo que uno se ve capaz de hacer, a fin de aumentar la sensación de capacidad personal, y descubrir qué necesita mejorar o incorporar a su "caja de recursos personales".
Es bien sabido que la salud física y mental van muy unidas. Si hablamos de cuidar la mente, nuestra capacidad de conciencia y bienestar, también lo tenemos que hacer con el contenedor físico de estas capacidades, nuestro cuerpo. Llevar una vida sana, hacer ejercicio regular, descansar, alimentarse correctamente, etc., son la mejor manera de estar preparados ante todo lo que nos vendrá.
Cada vez son más reconocidos los beneficios personales de la práctica regular de la conciencia plena y el cultivo del mindfulness. Tener un funcionamiento mental centrado en el aquí y el ahora nos ayudará a no perdernos en el miedo, los pensamientos negativos o el bloqueo emocional, por ejemplo, en los momentos en que necesitamos utilizar recursos personales extras para afrontar una situación que no esperábamos.
El cultivo del sentido del humor es una gran idea para generar un estado de ánimo positivo y optimista. Nuestra capacidad de reírnos de nosotros mismos o de las cosas que nos rodean, en realidad, es una buena manera de no caer en el victimismo o en un estado de negatividad que nos puede llevar a lugares más difíciles de salir.
Seguramente la lista podría ser mucho más larga y completa, pero estas habilidades básicas que he presentado seguro que llevan a una fortaleza interior que nos será muy necesaria a la hora de afrontar los malos momentos que, inevitablemente, vendrán a lo largo de la vida .
Vivir es experimentar, sentir, aprender y crecer
Si aceptas tus emociones, cambias tu vida.
Anna Romeu, colegiada nº 11336 del COPC
Presidenta Emergencias del COPC y representante Española en EFPA Crisis & Disaster División
Especializada en Educación Emocional, Terapias y Formaciones
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