Este año perdí, gané, fallé, lloré, reí, amé… pero sobretodo aprendí.
El momento del cambio de año es especial para mí, quien me conoce lo sabe bien. El simbolismo de pasar de un año al siguiente en tan sólo un minuto me desconcierta y me enternece a partes iguales. Y me hace recordar con cierta melancolía el año que dejamos atrás, como me hace recibir el nuevo año con los brazos abiertos, el contador a cero y las expectativas tan altas como sea necesario. Aunque el tiempo no existe y que es un intento arbitrario e imperfecto de control de nuestro mundo, el momento del traspaso de un año a otro es de los más universales y bonitos que tenemos.
No tengo ganas de terminar 2021 hablando de virus, vacunas, restricciones, cuarentenas ni salud física o mental. Ya estamos todos cansados. Ya hacemos todos lo que podemos con lo que tenemos y creemos. El año 2021 también ha sido otras cosas y merece ser recordado como tal. Para mí es un año de sentirme agradecida, así que voy a intentar hacer una lista lo más exhaustiva posible.
Gracias por la familia que tengo, las personas más importantes de mi vida.
Gracias padre, donde quiera que estés, y gracias madre por estar siempre aquí incondicionalmente. Y gracias por todo lo que me habéis dado, lo que me habéis enseñado y la persona que me habéis hecho ser.
Todo lo que soy os define a vosotros.
Gracias por la pequeña familia que he construido con el padre de mis hijos. Las familias pueden tener muchas formas, pero siempre estaremos unidos porque lo que hemos construido no puede deshacerse. Mis hijos me hacen esforzarme día a día para ser mejor persona y estar a la altura de lo que necesitan, no podré hacerles saber hasta qué punto les quiero y les estoy agradecida.
Muy agradecida también por las amistades que el 2021 ha reforzado un poco más de lo que eran. Todos y todas erais personas ya presentes en mi vida, pero este ha sido el año de fortalecer nuestros lazos y disfrutar de la amistad.
Gracias a ti, amiga, que estás cuando te necesito y podemos llegar a bailar como cuando teníamos 20 años y no hubiera pasado el tiempo.
Tú me hablaste de Love Actually y desde entonces cada Navidad sueño con el amor de mi vida, Hugh Grant, por supuesto.
Gracias también a ti, amiga preciosa y sensible que tienes un corazón más grande de lo que crees y algún día encontrarás eso que tanto quieres.
Qué decir de ti, también, amiga fuerte y luchadora dentro de un cuerpo que le planta cara, no dejes nunca de ser tan testadura, crítica y enérgica como eres, tú sola tiras de esta gran maquinaria.
Y gracias a ti, amigo mío, cascarrabias, por traerme alegría y generosidad por mucho que quieras disimularlo. Estuviste a mi lado hace tiempo y vuelves a estar, soy afortunada de nuevo.
Y qué decir de ti, amigo especial y siempre presente, que viene y va pero aparece cuando es necesario, parece que notes cuando haces falta.
Gracias a mis amigos y amigas, todos llenáis mi vida de sentido y de amor.
Y también gracias a las personas que han aparecido de nuevo este 2021, personas que no sabía que existían antes de este año y otras a las que conocía pero no hasta el punto de ser tan afortunada como lo soy ahora que he podido intimar con vosotras.
Todas debéis saber que sois importantes y recordadas siempre.
Gracias a ti que has aparecido de repente de la nada, con fuerza, con la misma fuerza y rapidez con la que estás desapareciendo. Has dejado una impronta que tendré presente mucho tiempo, me has enseñado lo que quiero para mi y me merezco. Pero Notting Hill es tan sólo una película.
Gracias a vosotras dos que habéis llegado para hacerme la vida más fácil, aparentemente para trabajar en mejores condiciones, pero en realidad para ser confidentes y amigas de aquellas que se van construyendo día a día y que han llegado para quedarse.
Gracias a vosotros, compañeros y compañeras de trabajo, qué buen entendimiento tenemos, qué sencillo y fluido puede ser todo cuando las personas simplemente lo ponen fácil.
Y gracias a mis amigas caminantes, las walkers; sois aire fresco, conversaciones profundas y divertidas, motivo para levantarme más contenta todos los domingos.
Gracias, gracias y gracias.
Seguro que me estoy olvidando a mucha gente a la que tengo que agradecer tantas cosas, pero no quiero dejar pasar de ninguna manera el agradecimiento que siento por todas las personas que pasan por mi consulta todos los días.
Cada una de ellas llega con su historia personal, muchas veces con sufrimientos, miedos, angustias y tristezas. Me siento infinitamente afortunada de poder recibir vuestra confianza, de poder ser testigo de vuestra valentía y de poder disfrutar en muchas ocasiones de vuestras batallas ganadas, y en otras ocasiones de poder daros fuerza para seguir encarando la vida después de las batallas perdidas.
Cada uno de vosotros sois parte de mi vida también, porque aprendo a través vuestro, porque crezco con vuestros crecimientos y me alimento de vuestra fuerza. Soy muy afortunada de realizar el trabajo que tengo.
Gracias también a todas aquellas personas que no conozco directamente pero que me acompañan día a día a través de las redes sociales, de leerme y escucharme, que me envían mensajes cariñosos, mensajes de agradecimiento, de demanda y de crítica. Aunque no soy demasiado amante de las redes esclavizadoras, también debéis saber que el hecho de sentiros presentes en mi vida me hace sentir alegre y agradecida.
Muchas gracias de todo corazón por todas las aportaciones y la presencia que tenéis.
¿Y qué nos deparará el nuevo año 2022?
No lo sé, pero para mí es el año de la esperanza. Tengo deseos personales que no pueden ser descritos aquí pero que espero que se cumplan, o que empiecen a cumplirse, este año que inauguramos hoy.
Otros sí pueden ser explicados en voz alta, como el de poder publicar mi primer libro este año de números tan redondos o mantener la fuerza que tengo hasta ahora para seguir realizando mi trabajo, que es también el mi pasión.
Soy egoísta en mis deseos y expectativas, quisiera que las cosas me fueran bien a mí y a todas las personas que me rodean.
No soy ilusa y sé que habrá momentos de todo tipo, pero sé que los afrontaré con esa sensibilidad y fuerza que me fueron regaladas al nacer y que he ido cultivando durante años.
Que 2022 nos traiga aún más coraje, fortaleza, alegría, amor, conexiones y crecimiento. Que sea un año de descubrimientos, de reencuentros, de vinculaciones, de esperanzas y sueños hechos realidad. Todo lo demás, que también estará, lo sabremos transitar con dignidad.
¡Feliz año nuevo, feliz 2022!
Vivir es experimentar, sentir, aprender y crecer
Anna Romeu, colegiada nº 11336 del COPC
Presidenta Emergencias del COPC y representante Española en EFPA Crisis & Disaster División
Especializada en Educación Emocional, Terapias y Formaciones
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