La ira es una emoción que puede variar desde una leve irritación hasta una ira intensa.
Si bien muchas personas clasifican la ira como una emoción negativa, puede ser positiva en algunes situaciones. La ira puede impulsarte a defender a alguien o puede llevarte a crear un cambio social. Pero cuando no se controlan, los sentimientos de ira pueden llevar a un comportamiento agresivo, como gritarle a alguien o romper cosas.
La ira se vuelve problemática cuando se siente con demasiada frecuencia o con demasiada intensidad, o cuando se expresa de manera poco adecuada, lo que puede afectar física, mental y socialmente.
Por esta razón, las estrategias de manejo de la ira pueden ser beneficiosas y pueden ayudarte a descubrir formas saludables de expresar tus sentimientos.
Las siguientes son 7 estrategias que pueden ayudarte a manejar y controlar tu ira:
Identificar desencadenantes; si has adquirido el hábito de perder los estribos, evalúa las cosas que desencadenan tu enojo. Las filas largas, los atascos de tráfico, los comentarios sarcásticos o el cansancio excesivo son solo algunas de las cosas que pueden hacerte perder la cordura. Si bien no debes culpar a las personas ni a las circunstancias externas por tu incapacidad para mantener la calma, comprender las cosas que desencadenan tu enojo puede ayudarte a planificar en consecuencia.
Evalúa tu ira; antes de entrar en acción para calmarte, pregúntate si tu enojo es un amigo o un enemigo. Si está presenciando la violación de los derechos de alguien o si se encuentra en una situación insalubre, su enojo puede ser útil. En estos casos, puede proceder cambiando la situación en lugar de cambiar su estado emocional. A veces, su enojo es una señal de advertencia de que algo más debe cambiar, como una relación emocionalmente abusiva o una amistad tóxica. Sin embargo, si tu enojo está causando angustia o dañando tus relaciones, puede ser un enemigo.
Con el autoconocimiento también viene el reconocimiento de las propias capacidades y la conciencia de lo que no tenemos. Es un buen ejercicio el de hacer un autoanálisis de lo que uno se ve capaz de hacer, a fin de aumentar la sensación de capacidad personal, y descubrir qué necesita mejorar o incorporar a su "caja de recursos personales".
Dejar espacio; tratar de ganar una discusión o resistir en una situación poco saludable solo alimentará tu ira. Una de las mejores cosas que puedes hacer cuando tu rabia está aumentando es alejarse de la situación si puedes. Un descanso puede ser clave para ayudarte a calmar tu cerebro y tu cuerpo.
- Hablar a alguien de confiança; si hay alguien que tiene un efecto calmante en usted, hablarle sobre un problema o expresar tus sentimientos a esa persona puede ser útil. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la ventilación puede ser contraproducente. Quejarte de tu jefe, describir todas las razones por las que no te agrada alguien o quejarte de todas las injusticias que percibes puede echar más leña al fuego.
Muévete; la ira te produce una ráfaga de energía. Una de las mejores maneras de hacer un buen uso de esa energía es realizar actividad física: camina a paso ligero o acude al gimnasio, o simplemente da patadas al aire o salta a la comba.
Busca algo que te calme; a veces la simple visión, tacto u olor de algún objeto que te calma puede ayudar a desactivar la ira que se ha apoderado de ti. Lleva este estímulo relajante siempre encima y utilízalo cuando lo necesites.
Vivir es experimentar, sentir, aprender y crecer
Si aceptas tus emociones, cambias tu vida.
Anna Romeu, colegiada nº 11336 del COPC
Presidenta Emergencias del COPC y representante Española en EFPA Crisis & Disaster División
Especializada en Educación Emocional, Terapias y Formaciones
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